Obligatorio debate público

Infiltrados

Alfredo Hernández Fuentes

Aunque muy anticipado, y dirían algunos que está “fuera de agenda”, encontramos el recurrente tema en las mesas de la discusión política respecto a la preferencia del electorado que se manifestará en las urnas por el no muy lejano 2027, para renovar la gubernatura de la entidad, las presidencias municipales y las diputaciones, teniendo como actores principales a los aspirantes del partido con mayor presencia en la entidad, como es el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y hasta ahora en la zozobra los que pudieran abanderar a los partidos de Movimiento Ciudadano, del Revolucionario Institucional y de un renovado de la Revolución Democrática.

 

De tiempo atrás, ha quedado más que claro que, los ciudadanos tenemos una Credencial para Votar, y no como muchos creen que es una Credencial de Elector, porque no podemos elegir lo que los partidos ya eligieron. Los ciudadanos de ninguna manera somos el alma del proceso, solo figuramos como el relleno legitimador que cierra el expediente.

 

Valga una pausa para evidenciar la persistente duda que ronda en todos los corrillos de una política guerrerense afanada en mostrarse como “los buenos”, pero que torpemente camina coja y bizca: ¿por qué tanta prisa para definir desde ahora a los aspirantes y quienes finalmente vayan a ser elegidos por sus cúpulas partidistas? Quizás provenga de la agudización de tantos problemas sociales y anhelos ciudadanos insatisfechos en nuestra esfera municipal. 

 

En tales círculos se advierte una profusa revelación de notas declarativas, así de una inusitada prontitud en actos anticipados de campaña que no pueden disimularse, mismos que vienen desarrollándose a lo largo de nuestra geografía municipal; se captan movimientos de personajes y de grupos que escapan de laórbita de algún partido para convertirse en satélites de otro;mudanzas que se originan en la convicción de que al final no serán tomados en cuenta en la definición de las candidaturas.

 

Dentro del ámbito estatal no se perciben nubarrones de una inminente guerra sucia, de las descalificaciones entre ellos mismos; por el momento, lanzan sus mejores argumentos en mérito de adentrarse en la gracia y sentir del votante, que bien se sabe, el grueso se ha alejado de la política en virtud de las conductas delictivas que se han mostrado y, ciertamente demostrado, por los medios de comunicación nacional respecto deautoridades y funcionarios del nivel federal incurriendo en actos de corrupción.

 

Más adelante se tendrán las también operables y muy manipulables encuestas públicas, si, de esas que nunca se hasabido adonde las maquilan, que también vendrán a modificar en algún grado las tendencias del electorado, pero flota en este proceso la carencia de un cuestionamiento directo a los posiblescandidatos, en donde puedan realmente posicionarse frente a la sociedad, un ejercicio de cultura política del que eventualmente saldrá con mayores beneficios quien se encuentre mejor preparado para responder con acierto la amplísima gama de temas que contiene nuestra problemática local.

 

Tenemos ejemplos interesantes derivados de lo que se ha ventilado sobre estos menesteres en el vecino país del norte, y poco bueno tenemos de los resultados habidos en México, como lo fue el que protagonizaron durante la justa por ascender al puesto más alto de la nación, así como de aquellos debates locales, que han parecido justas deportivas o peleas de gallos, para inmediatamente después declararlos triunfadores en todos los bandos. Nada más erróneo y peor interpretado, porque es finalmente el pueblo el mejor juez y el que en teorpia emite su voto en las urnas.

 

De todo eso proviene el interés de que sigan operando los debates públicos de los aspirantes a cualquier cargo, por ser un componente indispensable en las democracias contemporáneas; someterse a un foro de expresiones que posibilite contrastar y evaluar las distintas posiciones ideológicas sobre temas íntimos y complejos. La participación íntegra, racional, simple, y llana de los aspirantes como magnífica oportunidad para mostrar al electorado conceptos y propuestas.

 

Allí, en el debate público, es precisamente el lugar en donde se pone en claro quien de los candidatos posee un mejor perfil y ostenta un meritorio plan de trabajo para gobernar; grandes son los riesgos para quien no sepa como podrá tomar en sus manos el destino de los guerrerenses, para llevarlos a nuevas dimensiones; quienes pondrán todos sus conocimientos, experiencias y esfuerzos a favor de las causas más sentidas de una sociedad ávida de seguridad, oportunidades, superación y progreso, y quién podrá evaluar entre otras muchas cosas las magnas y graves responsabilidades que los gobernantes asumen para lograr el desarrollo y mantener la paz social. 

 

Debatir no significa necesariamente confrontarse, abrir frentes de batalla y desgastar posibilidades, no funciona así, el debate es la simple revelación personal de cualquier individuo ante la sociedad, en la consecución de abrir la mente y el corazón al pueblo, que será al final de cuentas el beneficiario o el perjudicado de la toma de decisiones.                                    Correo: poracapulco@hotmail.com.

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